• Geometría del reverso,  relato

    Once en línea

    Once sabía que frotarse las manos cada medio minuto no servía de nada. Las noches de enero de Los Angeles eran tan extrañamente frías como absurdamente calientes los días del invierno. El desierto reclamaba en la oscuridad los triunfos que el aire acondicionado le robaba durante las horas de luz. Pensaba. Buscando en la poesía lo que la termodinámica no le podía ofrecer. Once llevaba más de dos horas sentado dentro del coche, con la mirada fija en el portón de la casa, atento a la posible salida de DM. Esta era la segunda semana que la Sociedad dedicaba a seguir todos los pasos del individuo en cuestión, por razones…

  • poemas

    las ocho horas de las teclas

    las ocho horas de las teclasse consumen en una cálida oficinacon penumbrasy yo no se si el fingires normal o partede mi desubicación. las pantallas iluminan rostros concentrados-¿en qué?, ¿para quién?-y las luces tras los grandes ventanales guiñan historiasde nochea las seis de la tarde.cuestiónde latitudes. ¿qué tipo de vida es éstaque empiezo a compartir con los oficinistas? ¿qué es este duro relax de no sentirse irresponsablemás que de un proyecto, una tarea,un puntoen un powerpoint? ¿cómo es posible que haciendoestaminiatura existencialtenga más fuerza que en los añosde paseosdidácticospor aulas que, a veces,me escuchaban? ¿es esto una tragedia?¿una derrota?¿una capitulación frente a aquelloque no pude conseguir?¿es esto una salida? ¿es…

  • Geometría del reverso,  relato

    Emilia en espiral

    Emilia entrecerró los ojos e inhaló con desagrado el seco aire del despacho-laboratorio, odiando la aséptica falsedad reciclada, biológicamente necesaria pero definitivamente asqueante, que vomitaban los filtros acondicionadores situados sobre su cabeza. Ella no necesitaba ni oxígeno ni nitrógeno, sino un punto central y una normalización en las ondas que mecían su vida. Ése era el problema. Todo se había salido de su eje. Todo era falso y ficticio.  La asistente de investigación y candidata doctoral del departamento de física de la Universidad de Brighthill había comprendido hacía ya días que los clips italianos que tenía frente a sí eran algo más que espirales de metal exageradamente caro. Sabía que…

  • poema

    me guiña un ojo casi imperceptible

    me guiña un ojo casi imperceptible -con precisión de segundo- sobre el espejo en que nos medimos las arrugas, yo vencido, y ella seductora, inmaculada, vencedora inconsecuente.  su presencia no tiene remedio  en mis mañanas, horas llenas de nada que busca ser fértil, busca acariciar y aferrar,  susurrar y morder. ella solo devuelve la más pálida de las mejillas, cortante como hoja sin mella.  su desdén es etéreo y frio. me ignora ruidosamente. con pulsante constancia me ignora. entre neurona y ventrículo llevo su nombre. recito devoto sus títulos y espero -de nada sirve adular-.  se sienta frente a mí, en mi mesa, en mi casa,  y me niega -arrogancia…